RETRATOS IMPROVISADOS

Creo que el fotógrafo de corazón no espera a tener las condiciones perfectas para desear tomar una fotografía; De repente surge la necesidad de capturar una escena para la posteridad, se descontrola el deseo de recoger la sensación que te transmite esa persona, esa postura, esa mirada, o simplemente esa luz o brillo. ¿Que hace entonces el fotógrafo?, ¿Corre a su estudio a recrear las condiciones ideales para esa escena?, ¿Para el tiempo para estudiar en profundidad la calidad de la luz, los reflejos y sombras?… Simplemente guiado por su instinto dispara, dispara y vuelve a disparar. Estas imágenes improvisadas nacen de verdad del corazón.

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